miércoles, 6 de octubre de 2010

LA IDENTIFICACIÓN DE UNA FAMILIA


“Ustedes son muy obedientes como todos
Lo saben, y de eso me alegro.
Quiero, sin embargo, que estén siempre listos
 Para hacer el bien y para evitar el mal”.
Romanos 16:19



Generalmente en los pueblos como en las ciudades, las familias se identifican por sus oficios, sus ocupaciones o apellidos. En otros casos por su forma de vivir, por sus actos; por la manera de conducirse sea buena o mala.
 Dios escogió a un pueblo, lo hizo especial bendiciéndolo en gran manera, para que los demás pueblos de la tierra los identificaran como el Pueblo de Dios, Santo, apartado del mal. Sin embargo este pueblo se hundió en la corrupción moral. Se apartaron de Dios, se dedicaron a la idolatría y a los cultos paganos, practicando la prostitución sagrada dentro del templo de Jerusalén. Llevando a cabo sacrificios humanos, y desfilando por las calles con ofrendas a las divinidades astrales. En este tiempo, el paganismo llegó a mezclarse con el culto al Señor de tal forma que la gente común no conocía la diferencia.
 Durante este tiempo, Dios levantó al profeta Jeremías dándole una orden aparentemente un tanto ridícula:
“Busca a la familia Recabita y llévalos a un salón del templo y ofréceles vino”.
Jeremías buscó al jefe de la familia Recabita de nombre Jaazanias, a sus hermanos, a todos sus hijos, y a toda la familia; y los llevó al templo, y puso delante de ellos jarras de licor, copas de fino vino y los invitó a emborracharse. Gran parte de los príncipes, sacerdotes, levitas, trabajadores y mucha gente del pueblo se encontraba presente siendo testigos de este acontecimiento. Pero ellos contestaron categóricamente:
“Durante 200 años, jamás hemos bebido licor, porque nuestro antepasado Jonadab hijo de Recab nos dijo que nunca bebiéramos licor, ni nuestras esposas, hijos e hijas; que no construyéramos casas, que no cultiváramos nada, menos uvas. Nosotros hemos cumplido obedientemente todo lo que nos mandaron nuestros antepasados, y no beberemos licor”.
Entonces Dios le dio este mensaje a Jeremías:
“Dile al pueblo que yo escogí, que aprendan esta lección y hagan caso a mis palabras. La familia de los Recabita han obedecido la orden que les dieron sus antepasados hace 200 años. Sin embargo, yo les he hablado de mil maneras y ustedes no me obedecen. Dejen el mal camino que llevan, mejoren su conducta; no anden tras otros dioses para adorarlos, y solo entonces podrán disfrutar de las bendiciones que les prometí a ustedes y a sus padres. Y si no me hacen caso voy a mandarles toda clase de calamidades y dolor, porque les hable y no me escucharon, los llamé y no me respondieron”.
Entonces Dios dictó bendición para la familia de los Recabita: su descendencia ocuparía un lugar especial en el corazón de Dios gracias a su obediencia. Jeremías 35:1-19

¿Cómo identifican a tu familia?

Lic. Elizabeth Gurrión Matías

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